jueves, 25 de noviembre de 2021

Annie Ernaux: Los años y Pura pasión

"Salvar algo del tiempo en el que no estaremos nunca más." Los años, Annie Ernaux


Ahora el descubrimiento acaba de ser Annie Ernaux, tras la vorágine y obsesión por Iris Murdoch y después de haber catado a la gran George Eliot esto es un no parar de descubrir grandes mujeres escritoras con las que conecto al máximo.

Debo dosificar las lecturas porque ahora me leería todo de ella, tengo muchas ganas de leer Una mujer helada, pero la iré dosificando, como a Iris Murdoch de la que también me atrae seguir con El príncipe negro, pero las dosificaré de tal forma que me duren más y más tiempo...

Me acabo de leer Los años y seguido Pura pasión. A pesar del mismo estilo y mirada son libros muy distintos y ambos me han emocionado y llegado a lo más profundo. 



En Los años nos habla desde perspectiva de haber vivido mucho y echar la vista atrás a toda una vida de recuerdos. Un repaso cronológico de las vivencias individuales, Ernaux se distancia usando la tercera persona del singular, ella, para hablar de ella misma, como habla de nosotras, y un repaso de la memoria colectiva de la sociedad francesa de la segunda mitad del s.XX y principios de s.XXI desde el punto de vista de una mujer intelectual de izquierdas. Va desfilando por todos Los años alternando los hechos íntimos con los acontecimientos que han ido azotando a la sociedad francesa, tanto dentro de Francia como en el resto de Europa y el mundo. 

A través de las descripciones de fotografías, con sus mínimos detalles, con enumeraciones a pequeña escala, o a gran escala el propio libro es una gran enumeración me recuerda a Georges Perec al instante y una vez acabado y leyendo sobre ella descubro que es uno de sus autores preferidos y más influyentes, junto a Virginia Woolf o Simone de Beauvoir. Con la suma de detalles, de recuerdos, de ensoñaciones perdidas en su memoria y que está rescatando en este viaje al pasado nos ofrece su yo más íntimo despojado de un estilo autobiográfico y convirtiéndolo en autoficción, donde el límite se diluye aparentemente pero tenemos la certeza y complicidad de que es Annie Ernaux abriéndose sin pudor ante nosotros.

Y mucho más se abre en su diario sobre la pasión que la llevó a desear tan locamente a ese hombre diplomático ruso en Pura pasión. Dice que cuando trascribió los textos a ordenador, a principios de los años 90, de sus diarios íntimos que había escrito en los años 80 no cambió ni una coma, lo cual me parece increíble dado que su publicación mucho posterior a cuando vivió ese amor le podría haber tentado a autocensurarse o reescribir alguna parte con intención de alterarla de algún modo, pero no, nos la muestra sincera y real, tal cual salió de su ser en el mismo momento en que lo sentía.

Ella misma escribe en una publicación de hace un mes:

Annie Ernaux, desde Rusia con amor (elcultural.com)

"(...)Me di cuenta de que en aquellas páginas había una «verdad» distinta de la de Passion simple. Algo crudo y negro, sin salvación, algo que tenía que ver con la oblación. Pensé que también debía sacarlo a la luz.

No he modificado ni cortado nada del texto inicial al pasarlo al ordenador. Las palabras depositadas en el papel para aprehender el pensamiento, las sensaciones en un momento dado tienen para mí un carácter tan irreversible como el tiempo: son el tiempo mismo. Simplemente, recurrí a las iniciales puesto que emitía un juicio que podía herir a la persona en cuestión. Lo mismo para designar el objeto de mi pasión, S. No porque crea que así voy a preservar su anonimato —ilusión bastante vana—, sino porque esa forma de arrancarlo a la realidad mediante la inicial me parece corresponder a lo que ese hombre ha sido para mí: una figura de lo absoluto, de lo que suscita un terror sin nombre.

El mundo exterior está casi totalmente ausente de estas páginas. Aún hoy, me parece más importante haber anotado, día a día, los pensamientos, los gestos, todos los detalles (desde los calcetines que conservaba haciendo el amor a su deseo de morir en su coche) que constituyen esta novela de la vida que es una pasión, que la actualidad del mundo, cuya prueba siempre podré encontrar en los archivos (...)"