Año 1940 desde la Prisión Celular o Cárcel Modelo de Madrid.
Félix Urruela, tío de mi madre, escribió estos cuatro sonetos dedicados a su madre, su hermano y sus hermanas con una caligrafía minuciosa, mientras estaba encerrado en la cárcel. La encuadernación la hizo él a mano, con pequeños triángulos de tres colores formando formas geométricas.
Encontré su nombre en internet, tenía una pena de 12 años y un día de reclusión temporal, aunque estuvo un año. Era escribiente de la República.
A su madre
Cantarte madre mía en la ausencia
a la que el odio de los hombres me obliga,
sería como flor, falta de esencia
o como campo de trigo, sin espiga.
Por esto, en vez de canción, a ti un recuerdo
dedico, y unas lágrimas vertidas
hijas hoy, de mi dolor acerbo
y de mis horas tristes y afligidas.
Más, madre mía bien sé
que se forja la vida en el dolor
como hombre conservaré mi fé
y sé llevar mi cruz con gran valor
seguro que del paso bien saldré
sin que sufra mancilla mi honor.
A su hermano
La barca que mece nuestra vida
se balancea de Eolo al son
soporta de la ola la acometida
cual latido que manda el corazón.
A veces, la tormenta más la agita
la frágil barca en el furioso mar
con ímpetu titán la precipita
pero la fé, la vuelve a levantar.
Es caro vivir en la ilusión
cuando la realidad es llaga viva,
que presto resurja la razón
cuál bálsamo que sane la herida
que sea de justicia y no perdón
que me devuelva la libertad perdida.
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